lunes, 9 de marzo de 2015

A TODOS LOS RADICALES

La Unión Cívica Radical fue creada por hombres que perseguían un idealismo superador.
El Régimen había conseguido hacer crecer financieramente al país de la mano del desarrollo de nuestro sector agrario. El país tenía un futuro venturoso en lo financiero.
Los que crearon nuestro partido tenían muy claro ese tema. Pero ellos no querían sólo una gran factoría, su deseo era el de una gran República.
Era la idea sarmientina mejorada y modernizada.
Hay decenas de países exitosos financieramente, los hay con grandes yacimientos de oro, diamantes, petróleo, etc. y a sus Estados les sobra el dinero como consecuencia de esas ventajas competitivas con que la naturaleza los premió. Fíjense que digo financieramente, no económicamente. La diferencia es que a muchos de estos países les sobra el dinero, pero gran parte de su población vive en la indigencia, el analfabetismo y la pobreza.
No pudieron, a pesar del éxito financiero, conseguir un desarrollo económico-social acorde a sus riquezas.
Para aquellos radicales que hicieron tres revoluciones, no alcanzaba el éxito financiero.
Un gran país pasaba por otro lugar. Se necesitaba un Pueblo con valores superiores.
El discurso de aquellos Hombres decía que la UCR no era nada más que un partido político, era una fuerza espiritual.
Esto se fue trasmitiendo de generación en generación. Tal vez si Amadeo Sabattini hubiese tenido un poco más de vocación de Poder Democrático, los gobiernos peronistas no hubiesen existido. Él, Don Hipólito, Don Leandro, Don Santiago Del Castillo, Don Moisés, Don Crisólogo, Don Arturo, Don Ricardo y Don Raúl, coincidían con que gobernar, más allá de los éxitos de los planes de gobierno, sin duda necesarios, era intentar elevar al Pueblo en su estatura espiritual. Todos sin excepción en sus discursos y sus escritos marcaron fuertemente este sesgo. Sé que en esta lista podría incluir a  varias decenas más que no fueron tan conspicuos, pero que llenaron la geografía nacional de virtud republicana.
En nuestra historia, no faltaron oportunidades de éxitos financieros, sí faltaron gobiernos que construyeran esa gran Nación. Sobraron los energúmenos a los que los números de las finanzas nacionales les eran muy favorables. Hasta hace pocos años tuvimos superávits gemelos, las reservas del BCRA fueron las más altas de la historia……pero la República sigue empobrecida.
El próximo 14 de Marzo se va a reunir nuestra Honorable Convención Nacional. Las noticias que nos aquejan a los radicales que abrevamos en nuestro ideario histórico, nos dicen que una alianza con el PRO es casi una realidad. ¿Cómo la van a justificar los convencionales nacionales? ¿Desde qué lugar de nuestro ideario van a sustentar esta alianza? ¿Será desde un pragmatismo pueril, mediocre y poco digno?
Hace muchos años que los gerentes del partido nos conducen por caminos inciertos y denigrantes.
Primero fueron extrapartidarios/as en listas radicales, luego pactos que destruyeron nuestro caudal electoral y, lo que es peor, nuestra ética republicana con respecto a no transar con el Régimen conservador. Luego personajes ajenos al radicalismo ocuparon cargos que gentilmente cedimos: desde la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, pasando por diputaciones nacionales, senadurías, secretarías de Estado, presidencias de bancos, etc., etc., etc.
Llevamos a un peronista como candidato a la Presidencia de la Nación, nos ninguneó TODA la campaña y a los dos meses se fue a abrazar con Néstor que sin dudas nos usó para evitar un ballotage. Echamos del partido a la única dirigente de la Provincia de Buenos Aires que tenía votos y luego nos aliamos a De Narváez. ¿Cuánto más tenemos que aguantar? ¿Los gerentes practican la perversidad?
¿Cuál es el éxito partidario que se logró con todas estas ingenierías perversas? El único éxito es el personal. La mayoría de ellos que viven como ciudadanos suizos y les interesa un comino la Unión Cívica Radical. Después de todo este escarnio presentamos la Lista 3 en la Ciudad de Buenos Aires o la Provincia de Buenos Aires y sacamos, con suerte, el 2% de los votos.
Si a algunos de los honorables convencionales nacionales les queda algo de dignidad y tienen condiciones intelectuales y éticas para llamarse radical, por favor den la pelea. Díganles en la cara de donde venimos, cuales fueron las luchas, cuanto fue el sacrificio, cuantos quedaron en el camino, cuantos estuvieron presos en cárceles pestilentes, heladas y violentas; cuantos fueron torturados, vejados y secuestrados en las épocas duras de las dictaduras, cuantos murieron por la Causa. Explíquenles que muchos radicales fueron ideólogos y partícipes directos en el Cordobazo y que el primer muerto en esa asonada libertaria fue un radical.
Estos personajes que se la pasan nombrando a Raúl Alfonsín o a Moisés Lebensohn, pero que muy pocas veces los imitan en serio. Cuénteles cuantas privaciones sufrieron, cuantas veces estuvieron presos, cuantas veces los amenazaron, cuantos sacrificios hicieron para ser lo que fueron.
Cuénteles como Don Arturo Illia, con casi ochenta años, recorría el país en el camión de un camionero amigo para ver como vivía su Pueblo.
¿Qué tenemos que ver nosotros con Macri, con Rodríguez Larreta, con Michetti, con Del Sel, con Baldassi, con Reutemann o con Ritondo? Intentaron que nos acostumbremos a Ibarra, a Cavallo, a Llach, a De Narvaez, a Telerman y a Lavagna, pero es hora de decir basta.
Que la Honorable Convención Nacional termine con discusiones durísimas, largas y hasta violentas, pero por favor, los que todavía se consideran radicales den batalla hasta el último aliento. Es muy probable que triunfe la postura del staff gerencial partidario, pero que, aunque sea con un escándalo, hay que ponerlos en evidencia. Que salgan manchados, sino no va a haber honorabilidad de ningún tipo en la Convención Nacional.
Hay que evitar ser definitivamente disgregados por una fuerza conservadora. No sirve de nada que nos ofrezcan los ministerios o secretarías de Estado que nos ofrezcan, nada nos va a salvar de quedar sumergidos, irreversiblemente, en la mediocridad general en la que está sumida la República.
El PRO es un peronismo maquillado, la base de su estructura política en la CABA tiene que ver con el justicialismo porteño que en su momento lideraron Carlos Grosso y Miguel Ángel Toma.
Un viejo maestro con el compartí muchos años de militancia en el partido decía que mientras quede un solo radical, la victoria del Régimen no será real.
Por favor, aunque sea uno solo el convencional nacional que piense así, que luche denodadamente para que la UCR no pase a ser Un Cálido Recuerdo. Parafraseándolo a Raúl Alfonsín, se lo pedimos como “un rezo laico”.

Marcelo Luis Tassara

9 de Marzo de 2015.