miércoles, 23 de abril de 2008

Crisólogo Larralde: un político radical

Crisólogo Larralde: un político radical en quien reflejarse.

Este referente de la política que apunta a la lucha por el bien común, había nacido en Avellaneda, Provincia de Buenos Aires, en el año 1902. Ocupó casi todos los cargos partidarios hasta llegar a ser presidente del Comité Nacional en un momento difícil como fue la división del partido en el año 1957.
Fue candidato a gobernador de su provincia y a vicepresidente de la Nación en el año 1954. Pero no quiero en estos escritos hacer un relato biográfico de Larralde, sino contar su perfil humano y político.
Es otro intento desde estas páginas de recrear el pensamiento radical, ese que está guardado en el cajón de los trastos viejos, ese ideario que hoy la República necesita como nunca, imperiosamente.
Crisólogo es uno de los tantos modelos a imitar, tenemos que volver a recrear a estos hombres de carne y hueso a los que no hay que idealizar como seres elegidos, sino solamente rescatar la pasión y el interés comprometido, y desinteresado, que pusieron en defensa del partido y el país.
Había nacido en un hogar humilde y sabía, según sus propias palabras, lo que eran: "el hacinamiento en una sola habitación de madera y la promiscuidad de los inquilinatos".
Pero la adversidad no lo frenó. Mezcló entre sus tareas para sobrevivir, la de ayudante de herrero, aprendiz gráfico y juntador de maíz. El periodismo lo ayudó a pulir sus ideas y solventar sus gastos.
Fue progresando lentamente y se transformó en un referente dentro de la UCR y la Nación.
Las bibliotecas anarquistas y su deseo incansable de elevarse fueron su rumbo, su motivación.
Era un militante de gran altura espiritual, aptitud hoy casi inexistente en la política argentina.
Fue un dirigente que basaba su poder en su autoridad personal que había construido dando ejemplos palpables de su vocación democrática.
No se manejaba dando órdenes, sino que conducía dando ejemplos.
Hay un detalle que describe la altura de su autoridad: el 24 de octubre de 1957, durante la Convención Constituyente que estaba reformando la Constitución del 49, se tenía que votar la inclusión del artículo 14 bis, en el que tuvo una gran influencia en su redacción, él no era constituyente. Sabía que había algunos convencionles radicales no demasiado convencidos del agregado del artículo. Don Crisólogo se sentó atrás del bloque propio como garantía por si había algún distraído que no respetara lo consensuado partidariamente. Nadie se corrió un milímetro, se votó lo pactado.
¡Que lejos estamos hoy de un dirigente de estas características! No eran seres providenciales, ¡tenían conducta!
Don Crisólogo caminaba su provincia y la geografía nacional y se capacitaba. Tenía una biblioteca personal de varios miles de volúmenes, "todos leídos" como a él le gustaba decir.
Leía y elaboraba, pensaba en las salidas políticas que le podía dar a su pueblo para que pudiera vivir mejor.
No le gustaba, cuando daba un discurso, que el pueblo lo aplaudiera demasiado, los interrumpía y les decía que no era necesario "pues estamos estudiando".
Su visión del peronismo nunca fue "gorila", ideológicamente tenías enormes disidencias con ese movimiento popular y luchó enconadamente contra él, pero el famoso 17 de octubre de 1945 dijo: "me vi caminando entre ellos". Luchó desde las ideas contra el régimen peronista, pero entendía la reivindicación social que, desde algún lugar, el pueblo necesitaba.