martes, 29 de enero de 2008

Illia: "Yo tenía autoridad con los de afuera"

Vamos a seguir con Arturo Illia. Es la imagen del político en la cual nos podemos mirar sin dudas, sabiendo que sus virtudes nos iluminan ante tanta oscuridad, mediocridad y banalidad.
Es en un reportaje que le hace, a fines de 1966, el novel periodista Rodolfo Terragno; luego incluido en el libro "Muerte y Resurrección de los Políticos" donde entrevista entre otros a Perón, Balbín, Frondizi, Alende y Frigerio. Lo tituló: Illia:"Yo tenía autoridad con los de afuera"

Dice José Luis de Imaz: "La opinión pública identifica a los políticos profesionales con los beneficarios de prebendas, negociados y malversaciones ....."
En el caso de Arturo Umberto Illia, ese prejucio no ha funcionado: nadie sospechó a este antiguo radical -presidente entre 1963 y 1966- de haberse apoderado de dineros públicos. En cambio, sobre su verdadera personalidad fue aplicada otra imagen -injusta e ilevantable-, que lo transformó en un anciano sin carácter, parcimonioso y desinformado, incapaz de, siquiera, aprovecharse de esa presidencia llovida del cielo, con la cual no sabía que hacer.

[...] Los semanarios de noticias -Primera Plana, Confirmado- contribuyeron con su estilo suficiente y socarrón, a desdibujar la imagen de Illia. Fue una tarea nada inocente, por cuanto esos medios eran voceros de sectores castrenses que, finalmente, derrocaron al gobierno radical para realizar, a partir de 1966, la supuesta Revolución Argentina.
Por eso, fue con cierto sentimiento de culpa que, a poco de ese golpe, llegué hacia la casa de un hermano de Arturo Umberto Illia, donde estaba recluido el ex presidente. El sabía que yo pertenecía a esa mostaza (despectivo de juventud) que escribía en aquellos semanarios.
Sin embargo fue cortés conmigo. Un común amigo, el doctor Otero, le había anticipado que mi único interés era escucharlo. Conocer su opinión. No iba a hacerle una entrevista, ni a discutir con él. Quería oírlo.

[...] Mientras elegía políticos para incluir en este libro, Illia se me apareció como una figura imprescindible, y me acordé de aquellos apuntes. Como creo que toda obligación de abstinencia está prescripta, aquí los transcribo:

"Cuando vinieron a verme Rush y Gordon" (el ex secretario de Estado norteamericano Dean Rush y un ex embajador norteamericano en la Argentina) "yo les dije: `Vean señores, nosotros somos hombres que creemos en la democracia; en la democracia real, en serio´. Pero les digo además de eso: `Tengan en cuenta que tenemos que definir el valor de nuestros productos´. Entonces me contestan estos señores que ellos estaban de acuerdo y me hablan mucho de ayuda. `Vea´, les digo, `es la Argentina la que ayuda, no ustedes. `Me quiere explicar cómo es eso´, me dice Rush. Le digo: "Nosotros pagamos precios justos. Ustedes traen unos dólares y, con las utilidades, las amortizaciones, los intereses y los royalties, a los cinco años se llevaron varias veces lo que trajeron". Le digo: `De manera que fíjese usted´. Este hombre me mira, y entonces le digo: `¿Y usted cree que me ayuda a mí con 500 millones? Vea, con eso ningún país va a resolver sus problemas´.
" Al poco tiempo, salieron los militares a voltear el gobierno. ¿Y por qué se dan estos asuntos? Usted sabe lo que dicen ellos, falta autoridad...vacío de poder... el problema del peronismo...¡ah! y que marchábamos como tortugas. Fíjese usted en la estadística de producción; fíjese en los números de comercio. Vea la balanza 64/65. Yo que encontré el país desastroso, como saben todos, tengo la seguridad de que, entre lo que yo recibí y lo que encontraron estos señores...¡Pero que va usted a decir!
¡ Que no había autoridad! Yo ejercía con mis compatriotas una autoridad no coactiva. Y ejercía autoridad contra el poder económico. Estos dan garrote a los de adentro y obsequian flores a los de afuera. Yo tenía autoridad con el Fondo Monetario, con el Banco Mundial, con las empresas internacionales. Ahí es donde usted tiene que mostrar su autoridad.
No golpeando a obreros y estudiantes. Usted comprende que eso es absurdo: fuera de la ley no hay autoridad.
Eso es lo que ellos querían: vilipendiar. Y dicen que caímos porque el país no marchaba. Marchaba bien. Nosotros caímos por los aciertos, no por los errores. Caímos porque queríamos dejar de lado el concepto de sucursal. Eso es lo que no nos perdonaron éstos y las revistas, que ahora están contentas mientras nos garroteamos los argentinos. Todos esos que escriben...¡Sirvientes bien remunerados! ¡O usted cree que lo escriben por ingenuos, todos estos, esa mostaza que le deforma la información?".