viernes, 4 de enero de 2008

La Unión Cívica Radical fue un ejemplo de organización política nacional y popular que marcó un camino histórico de realizaciones para el pueblo argentino. A lo largo de más de ciento quince años sus dirigentes, militantes y simpatizantes le dieron empuje y renovación a nuestra vida republicana.
Si nuestro pueblo tiene algún tinte o rasgo de cultura democrática, no tengo dudas que los radicales contribuimos fuertemente en ese aprendizaje.
La Reparación fue una virtud que supimos articular toda vez que la República lo necesitó. En todo momento histórico en que el pueblo fue mansillado, atropellado, degradado, encarcelado, perseguido, empobrecido y desaparecido, surgió un gobierno radical que reparó los daños infligidos. Hay algunas excepciones, pero es preferible no recordarlas; todos las conocemos.
También desde el llano nuestros líderes partidarios lucharon en defensa de los valores democráticos y republicanos. Algunos dieron su propia vida en esa lucha.
En los últimos años por un sin número de errores cometidos, y algunas circunstancias históricas desfavorables, la UCR ha dejado de ser una opción de elección para los argentinos.
Ya no contamos con gobernadores que respondan orgánicamente a la conducción nacional, los bloques parlamentarios son en cada elección que pasa más reducidos, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no tenemos representantes en la Legislatura, el número de intendentes con que contamos es cada vez menor, etc., etc.
Pero hay síntomas más preocupantes, cada vez hay más radicales en otras fuerzas políticas, sobre todo después de cada elección interna que celebramos. La sangría ha sido anemizante.
Muchos se han ido tras contratos, conchavos y prebendas, es cierto; pero otros tantos no. Hacia esos tenemos que apuntar para el rescate, para nuestra propia Reparación.
Las grandes equivocaciones tuvieron que ver con alianzas, pactos, uniones, acuerdos programáticos y pragmáticos también.
Este espacio no tiene el propósito de mirar hacia atrás ni señalar a nadie, pero todos sabemos que cometimos muchos y variados errores, a veces premeditadamente y otras sin intención.
La recuperación va a ser difícil y va a requerir mucho tiempo.
Los intentos han sido variados y hasta loables. El problema es que los protagonistas y los métodos fueron siempre los mismos. Alguien dijo que: "La locura es hacer siempre lo mismo y pensar que las cosas van a cambiar"
Desde este lugar propongo intentar la recuperación de la Unión Cívica Radical desde las ideas, partiendo del pensamiento.
Sé que a los pragmáticos de siempre esto les parecerá una utopía, pero sus métodos tampoco han tenido demasiada eficiencia. No tienen demasiados éxitos partidarios para exhibir, tal vez tengan algunos personales, egoístamente personales, pero no partidarios.
Una vez por semana voy a volcar ideas que hicieron de la UCR mucho más que un partido político. Ser radical era una forma de vida, una concepción filosófica que tenía que ver con un fuerte humanismo. Fuimos una fuerza espiritual que tiñó nuestra geografía de: "aunque sea un mínimo de bienestar", como decía Don Hipólito Yrigoyen, para cada ciudadano.
Ideas de nuestros grandes hombres y algunas propias. Además en alguna ocasión voy a volcar artículos de algún medio gráfico que tenga que ver con nuestro ideario.
No tengo la verdad revelada, de eso estoy seguro, pero quiero hacer un aporte, tal vez un último esfuerzo, para intentar una mínima contribución en el resurgir de mi entrañable Unión Cívica Radical.
Con todo mi afecto. Marcelo Luis Tassara

miércoles, 2 de enero de 2008

UCR

Inauguramos el blog radical.