A TODOS LOS
RADICALES
El
Régimen había conseguido hacer crecer financieramente al país de la mano del
desarrollo de nuestro sector agrario. El país tenía un futuro venturoso en lo financiero.
Los
que crearon nuestro partido tenían muy claro ese tema. Pero ellos no querían
sólo una gran factoría, su deseo era el de una gran República.
Era
la idea sarmientina mejorada y modernizada.
Hay
decenas de países exitosos financieramente, los hay con grandes yacimientos de
oro, diamantes, petróleo, etc. y a sus Estados les sobra el dinero como
consecuencia de esas ventajas competitivas con que la naturaleza los premió.
Fíjense que digo financieramente, no económicamente. La diferencia es que a
muchos de estos países les sobra el dinero, pero gran parte de su población
vive en la indigencia, el analfabetismo y la pobreza.
No
pudieron, a pesar del éxito financiero, conseguir un desarrollo
económico-social acorde a sus riquezas.
Para
aquellos radicales que hicieron tres revoluciones, no alcanzaba el éxito
financiero.
Un
gran país pasaba por otro lugar. Se necesitaba un Pueblo con valores
superiores.
El
discurso de aquellos Hombres decía que la UCR no era nada más que un partido político, era
una fuerza espiritual.
Esto
se fue trasmitiendo de generación en generación. Tal vez si Amadeo Sabattini
hubiese tenido un poco más de vocación de Poder Democrático, los gobiernos
peronistas no hubiesen existido. Él, Don Hipólito, Don Leandro, Don Santiago
Del Castillo, Don Moisés, Don Crisólogo, Don Arturo, Don Ricardo y Don Raúl,
coincidían con que gobernar, más allá de los éxitos de los planes de gobierno, sin
duda necesarios, era intentar elevar al Pueblo en su estatura espiritual. Todos
sin excepción en sus discursos y sus escritos marcaron fuertemente este sesgo.
Sé que en esta lista podría incluir a
varias decenas más que no fueron tan conspicuos, pero que llenaron la
geografía nacional de virtud republicana.
En
nuestra historia, no faltaron oportunidades de éxitos financieros, sí faltaron
gobiernos que construyeran esa gran Nación. Sobraron los energúmenos a los que
los números de las finanzas nacionales les eran muy favorables. Hasta hace
pocos años tuvimos superávits gemelos, las reservas del BCRA fueron las más altas de la historia……pero la
República sigue empobrecida.
El
próximo 14 de Marzo se va a reunir nuestra Honorable Convención Nacional. Las
noticias que nos aquejan a los radicales que abrevamos en nuestro ideario
histórico, nos dicen que una alianza con el PRO es casi una realidad. ¿Cómo la
van a justificar los convencionales nacionales? ¿Desde qué lugar de nuestro
ideario van a sustentar esta alianza? ¿Será desde un pragmatismo pueril,
mediocre y poco digno?
Hace
muchos años que los gerentes del partido nos conducen por caminos inciertos y
denigrantes.
Primero
fueron extrapartidarios/as en listas radicales, luego pactos que destruyeron
nuestro caudal electoral y, lo que es peor, nuestra ética republicana con
respecto a no transar con el Régimen conservador. Luego personajes ajenos al
radicalismo ocuparon cargos que gentilmente cedimos: desde la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires,
pasando por diputaciones nacionales, senadurías, secretarías de Estado, presidencias de bancos, etc., etc., etc.
Llevamos
a un peronista como candidato a la Presidencia de la Nación , nos ninguneó TODA
la campaña y a los dos meses se fue a abrazar con Néstor que sin dudas nos usó
para evitar un ballotage. Echamos del partido a la única dirigente de la Provincia de Buenos
Aires que tenía votos y luego nos aliamos a De Narváez. ¿Cuánto más tenemos que
aguantar? ¿Los gerentes practican la perversidad?
¿Cuál
es el éxito partidario que se logró con todas estas ingenierías perversas? El
único éxito es el personal. La mayoría de ellos que viven como ciudadanos
suizos y les interesa un comino la Unión
Cívica Radical. Después de todo este escarnio presentamos la Lista 3 en la Ciudad de Buenos Aires o la Provincia de Buenos
Aires y sacamos, con suerte, el 2% de los votos.
Si
a algunos de los honorables convencionales nacionales les queda algo de
dignidad y tienen condiciones intelectuales y éticas para llamarse radical, por favor den la pelea. Díganles en la
cara de donde venimos, cuales fueron las luchas, cuanto fue el sacrificio,
cuantos quedaron en el camino, cuantos estuvieron presos en cárceles
pestilentes, heladas y violentas; cuantos fueron torturados, vejados y
secuestrados en las épocas duras de las dictaduras, cuantos murieron por la Causa. Explíquenles
que muchos radicales fueron ideólogos y partícipes directos en el Cordobazo y
que el primer muerto en esa asonada libertaria fue un radical.
Estos
personajes que se la pasan nombrando a Raúl Alfonsín o a Moisés Lebensohn, pero
que muy pocas veces los imitan en serio. Cuénteles cuantas privaciones sufrieron,
cuantas veces estuvieron presos, cuantas veces los amenazaron, cuantos
sacrificios hicieron para ser lo que fueron.
Cuénteles
como Don Arturo Illia, con casi ochenta años, recorría el país en el camión de
un camionero amigo para ver como vivía su Pueblo.
¿Qué
tenemos que ver nosotros con Macri, con Rodríguez Larreta, con Michetti, con
Del Sel, con Baldassi, con Reutemann o con Ritondo? Intentaron que nos
acostumbremos a Ibarra, a Cavallo, a Llach, a De Narvaez, a Telerman y a
Lavagna, pero es hora de decir basta.
Que
la Honorable Convención
Nacional termine con discusiones durísimas, largas y hasta violentas, pero por
favor, los que todavía se consideran radicales den batalla hasta el último
aliento. Es muy probable que triunfe la postura del staff gerencial partidario,
pero que, aunque sea con un escándalo, hay que ponerlos en evidencia. Que
salgan manchados, sino no va a haber honorabilidad de ningún tipo en la Convención Nacional.
Hay
que evitar ser definitivamente disgregados por una fuerza conservadora. No
sirve de nada que nos ofrezcan los ministerios o secretarías de Estado que nos
ofrezcan, nada nos va a salvar de quedar sumergidos, irreversiblemente, en la
mediocridad general en la que está sumida la República.
El
PRO es un peronismo maquillado, la base de su estructura política en la CABA tiene que ver con el
justicialismo porteño que en su momento lideraron Carlos Grosso y Miguel Ángel Toma.
Un
viejo maestro con el compartí muchos años de militancia en el partido decía
que mientras quede un solo radical, la victoria del Régimen no será real.
Por
favor, aunque sea uno solo el convencional nacional que piense así, que luche denodadamente
para que la UCR
no pase a ser Un Cálido Recuerdo. Parafraseándolo a Raúl Alfonsín, se lo pedimos como “un
rezo laico”.
Marcelo
Luis Tassara